Sacra Híspalis.

Crónica del itinerario "Tota Pulchra. Mater Inmaculata”

Sábado 4 de Noviembre de 2017

El sábado 4 de Noviembre, recibimos con enorme cariño en Sacra Híspalis, a un nutrido número de hermanos pertenecientes al Grupo Parroquial de María Santísima de la Victoria, de Córdoba, acompañados por su párroco el Rvdo. D. Juan Diego Recio, Delegado de la Pastoral de la Salud en el Obispado de Córdoba.

Para estos queridos hermanos, preparamos un sitierío exclusivo dedicado a la Pura y Limpia Concepción Inmaculada de la Madre de Dios.

Visitamos las hermandades de Jesús Nazareno y la Vera Cruz, por la mañana, contando con las habituales explicaciones de Irene Gallardo, periodista, escritora, cofrade y responsable de Sacra Híspalis, así como de las de Antonio López, pintor artístico e investigador histórico y asesor artístico de esta iniciativa cultural.

En la Hermandad de la Vera Cruz y a petición del Rvdo. Padre D. Juan Diego Recio, se dio a besar la reliquia del Santo Lignum Crucis, Titular de ésta antigua Archicofradía franciscana, fue también éste, un momento para el recuerdo.

A mediodía, contemplamos en el real Círculo de Labradores, la exposición conmemorativa del setenta y cinco aniversario de la llegada a la Hermandad de los Estudiantes, de Nuestra Señora de la Angustia, guiada por D. Antonio Gutiérrez de la Peña, todo un honor.

Ya por la tarde, visitamos la iglesia conventual del Santo Ángel, con Irene Gallardo y de la mano del Doctor en Arte y Prior del Convento de Carmelitas Descalzo, fray Juan Dobado el museo y la biblioteca mariana Nuestra Señora del Carmen Coronada. Todo un lujo para los sentidos esta visita repleta de religiosidad popular y arte sacro.

Cada año, la Ciudad recupera la memoria de los tiempos y saca sus mejores galas para honrar a la Madre de Dios en la más bella expresión de pureza y dulzura, en la fiesta de la Inmaculada Concepción de María Santísima.

Francisco de la Róvere, perteneciente a la Orden franciscana, que fue elevado a Papa con el nombre de S.S. Sixto IV, instituye la Fiesta de la Inmaculada Concepción de María en 1475, concediendo indulgencias a quienes la festejaran.

Esta celebración llega a España en 1644, pero en Sevilla ya se celebra desde tiempo inmemorial. Sólo a modo de ejemplo citar, que la Catedral celebraba la Fiesta de la Inmaculada desde 1578.

La muy antigua Cofradía de la Santa Cruz en Jerusalén y Primitiva Hermandad de los Nazarenos de Sevilla, por iniciativa de su Hermano Mayor Tomás Pérez, hace “voto de sangre”, para la defensa de la Concepción Inmaculada de la Madre de Dios en 1615.

Así también lo realizaría, la Hermandad de sacerdotes de San Pedro Advíncula, establecida con capilla propia en el templo de San Pedro Apóstol y la Hermandad de la Pura Concepción de María Santísima, establecida en el Convento Casa grande de San Francisco.

Roma no lo declararía Dogma de Fe hasta 1854.

A modo de apunte histórico, decir que fueron los franciscanos precisamente los que apoyaron e impulsaron este Dogma de la Santísima Virgen.

Escultores, orfebres, pintores, doradores, tallistas y bordadores, dejaron para la posteridad en Sevilla, la semblanza de la Inmaculada Concepción en sus bellísimas obras de arte, que legaron para la posteridad.

Hermandad de Ntro. Padre Jesús Nazareno y María Stma. de la Concepción.

Ubicada en la antigua calle de las Armas, la Real de San Antonio Abad, es el fruto de la unión de dos edificios, de ahí sus dos naves actuales. Así, de un lado estaba la capilla de Jesús Nazareno y de otra, la Iglesia de San Antonio Abad, que formaba parte de un antiguo hospital, fundado por Alfonso X en 1366 destinado a atender a los aquejados del “Fuego de San Antón o Fuego Sacro” siendo encomendado su regencia a los religiosos antonianos. Al suprimirse la orden, el edificio fue habitado por los franciscanos dieguinos pasando a ser la sede de la Parroquia de San Miguel, tras la demolición incomprensible de dicha iglesia.

Se fundó la Primitiva Hermandad de los Nazarenos de Sevilla en la iglesia parroquial de Omnium Sanctorum, en la cuaresma del año de 1340, por un grupo de piadosos vecinos del barrio de La Feria. Hizo su primera salida procesional a la ermita de San Lázaro, extramuros de la puerta de la Macarena, el 14 de Abril de ese mismo año de 1356.

La Cofradía del Silencio se caracteriza por la observancia de sus reglas así como por su lección catequética en las calles.

Nuestro Padre Jesús Nazareno: Imagen totalmente anatomizada, es de madera de cedro, obra atribuida a Francisco de Ocampo y Felguera, hacia 1610.

María Santísima Virgen de la Concepción: es obra del escultor Sebastián Santos Rojas, en 1954. Sustituyendo a la anterior Titular, obra de Cristóbal Ramos.

Es conocida como la “Primitiva Hermandad de los Nazarenos de Sevilla”.

Hermandad de la Santísima Vera Crus y Tristezas de María Santísima

La Hermandad de la Vera Cruz tiene su sede canónica en la Capilla del Dulce Nombre de Jesús, desde el 2 de Noviembre de 1942. Se cumplen en el presente año setenta y cinco, de que el Milagroso Cristo de la vera Cruz llegase a su actual sede canónica.

Es muy probable, que el templo se construyese sobre la mezquita existente en el complejo árabe denominado “Baños de la Reina Mora”, dado que el “baño” formaba parte del ritual religioso de los viernes, antes de comenzar la oración, por lo que junto a este complejo de higiene, tenía que existir una mezquita, que pudo encontrarse justo en este lugar.

En 1540 se estableció un “recogimiento de mujeres de mala vida que de ella quisieran arrepentirse”, que le da el nombre del Dulce Nombre de Jesús, denominación que se ha mantenido hasta nuestros días.

La bula de fundación la otorga el Papa Paulo III a petición del rey Felipe II. Posteriormente, será en 1551 cuando se establezca en dicho lugar una comunidad de Madres Agustinas que perdurará en el tiempo hasta su extinción en 1837 con motivo de la exclaustración y desamortización de los Bienes de la Iglesia, pasando la comunidad al convento de San Leandro.

En 1.370 ya se reunían devotos de la Vera Cruz en este convento para dar culto al Santo Madero.

La Hermandad de la Santísima Vera Cruz aprueba sus primeras reglas en 1.448 en el Convento Casa Grande de San Francisco.

Se estableció en una capilla situada a la entrada del convento, que le proporcionaba cierta independencia en sus cultos, pero el gran auge que pronto experimentó la Cofradía hizo que se trasladase en 1.478 a otra capilla más espaciosa, en el interior del recinto.

A la Hermandad de la Santísima Vera Cruz, perteneció la nobleza más representativa de Sevilla y los Caballeros Veinticuatro de la Ciudad.

El Venerable Siervo de Dios fray Sebastián de Jesús Sillero, fraile franciscano de la Casa grande, fue hermano de esta señera cofradía. Natural de Montalbán (Córdoba), está enterrado en la Catedral de Sevilla, en el panteón que iba a estar destinado al cardenal Delgado y Villegas, pero al fallecer éste en Madrid, el sepulcro quedó vacío, siendo destinado para última morada de este hombre santo en vida.

Santísimo Cristo de la Vera Cruz: El Santísimo Cristo de la Vera Cruz, es de autor anónimo, fechado en la primera mitad del siglo XVI, de enorme Unción Sagrada.

María Santísima de las Tristezas: La Santísima Virgen de las Tristezas es obra de Antonio Illanes, en 1942. La cofradía le nombra por ello Hermano de Honor.

Iglesia conventual del Santo Ángel Custodio. Orden de Carmelitas Descalzos

Este convento y su iglesia, se erigen a finales del XVI por los Carmelitas Descalzos del convento de Nuestra Señora de los Remedios, situado en el antiguo Muelle de las Mulas, lugar donde hoy se ubica el Museo de Carruajes y la Fundación González Abreu.

Dadas las tremendas crecidas del rio y las catástrofes que ello conllevaba al convento, así como el excesivo ruido y dinamismo del lugar, pues era sitio central para el embarque, así como para la carga y descarga de mercancías, no era quizás la ubicación más apropiada para un cenobio.

Por dicho motivo y entre otros (tal como la movilidad de los frailes para llevar a cabo su ministerio), fray Agustín de los Reyes, provincial de la orden, compró en 1.587 una casa por valor de 5.000 ducados, en el solar donde se ubicó en tiempos el Hospital de la Santa Cruz en Jerusalén, sito en la calle Ancha de la Magdalena, en nuestros días Rioja.

Los carmelitas de este convento pasaron por momentos muy difíciles. Contaron para el alivio de sus penurias con la protección del Licenciado D. Martín Ruiz de Vernuy, Oidor de la Real Chancillería de Granada y de su esposa Dña. Beatriz Montoya que socorrieron a los frailes, en 1600 con una dádiva de 2000 ducados de renta y la cesión de unas casas para.

El siglo XIX castigó duramente a las órdenes religiosas y ésta del Carmelo Descalzo no se libró. Expropiada con la invasión francesa en 1810 y exclaustrada en 1835, fue sede de la Academia de las Tres Nobles y Artes, Cuartel del Batallón Cívico, Sede de la Sociedad Encomia de Amigos del País, Liceo Universitario, Cuartel de Carabineros y casa de vecinos.

En 1.904, ocupando la silla cardenalicia de Sevilla el Beato Marcelo Spínola, es devuelta a los carmelitas la iglesia y el convento.

Biblioteca Museo de Nuestra Señora del Carmen Coronada

El convento carmelita del Santo Ángel acoge desde el martes 8 marzo la Biblioteca-Museo Mariana ‘Carmen Coronada’, un proyecto cultural acometido por la comunidad con motivo de la reciente coronación de la Virgen del Carmen, obra de Cristóbal Ramos. La biblioteca fue inaugurada y bendecida por el Arzobispo de Sevilla, Mons. Juan José Asenjo.

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Este centro documental atesora en torno a 6.000 volúmenes que van desde el siglo XVI hasta nuestros días. Según lo define el P. Juan Dobado, se trata de “una de las joyas ocultas de la ciudad de Sevilla”. Para ello se ha acondicionado durante ocho meses de obras la sede de la Biblioteca y Museo, descubriendo el edificio original del año 1608.

Consta de tres salas visitables y dos más de lectura y consulta, que se han dedicado a San Juan de la Cruz, fundador del Convento, a religiosos muy vinculados con el convento, tal como el P. Columbiano de la Sagrada Familia, fundador de la revista Miriam y gran amante de la Biblioteca, al P. Ismael de Santa Teresita, primer director e incansable propagandista de Miriam y a Fray Humberto de San José, entrañable belenista y sacristán del Santo Ángel, así como a personalidades relevantes en el mundo mariano como el recordado Juan Martínez Alcalde, que comenzó en esta casa sus primeras publicaciones.

Se trata de una Biblioteca-Museo, ya que en ella se exponen en sus salas más de 200 obras de arte entre esculturas, pinturas y artes suntuarias de los siglos XV al XX.

Obras de arte pertenecientes a la Provincia Ibérica de los Carmelitas Descalzos de España, procedentes del Convento del Santo Ángel y de otros conventos de la Orden. A ello se suman las colaboraciones de particulares que han donado obras al Museo, como el espléndido Belén Napolitano y algunas de las imágenes del Niño Jesús que se pueden contemplar.

Recientemente se ha inaugurado la exposición de más de doscientas reliquias, pertenecientes al convento, cada una de ellas con sus auténticas

La catalogación de la biblioteca, está siendo llevada a cabo por los profesores de la Universidad de Sevilla Carmen Álvarez y Pablo Mestre.

Toda vez concluya esta fase se comenzará con la catalogación de los archivos fotográfico, de estampas, grabados, filatélico, etc.

En resumen, fue una magnifica mañana y tarde dedicadas a la religiosidad popular y al arte sacro, la que Sacra Híspalis creó, para los queridos hermanos del Grupo de Devotos de María Santísima de la Victoria, de Córdoba.

Queremos agradecer la amabilidad que han tenido para con nuestro grupo y la acogida con la que fuimos recibidos a D. Eduardo del Rey, Hermano Mayor de la Hermandad de Jesús Nazareno, D. José Manuel Berjano, Hermano Mayor de la Hermandad de la Vera Cruz, D. Antonio Gutiérrez ex Hermano Mayor de la Hermandad de los Estudiantes y comisario de la exposición de dicha Cofradía, fray Juan Dobado, Prior del Convento del Santo Ángel y Director del Museo-Biblioteca de Nuestra Señora del Carmen Coronada, D. Manuel Salvatierra, Diputado de Formación y Juventud de la Hermandad de la Vera Cruz y a los capilleres D. Sebastián y D. Buenaventura, de las hermandades de Jesús Nazareno y de la Vera Cruz, respectivamente.